Nació en la Seu d´Urgell en 1966. Parte de su infancia y adolescencia vivió en Andalucía. Impulsada por la curiosidad de conocer otras culturas y el deseo de encontrar un verdadero sentido a su vida viajó por Europa y Asia durante algunos años en los que descubrió y creció su pasión por el arte. En 1992 se establece en Barcelona para dedicarse plenamente a la pintura. Se considera autodidacta aunque ha recibido el apoyo de varios pintores y artistas, algunos de ellos claves en su evolución como Gloria Muñoz, Teresa Llàcer y José Febles.
“Todo lo que pinto es algo que de alguna manera se relaciona conmigo, con lo que soy, lo que vivo, lo que pienso, lo que observo, lo que aprendo…
Tanto si el resultado de mi trabajo es figurativo como si es abstracto , para mí es un juego de colores y texturas con el que disfruto y a través del cual la vida se expresa con toda su complejidad y su simpleza.
Los motivos que captan mi atención pueden ser muy variados, un objeto en el que se posa la luz, la atmósfera de un rincón, los colores de un paisaje, un cuerpo, un rostro, un contraste de luces y sombras creando formas sin nombre, una emoción. Cuando esto sucede siento la necesidad de capturarlos, de reinterpretarlos, como si de esta forma pudiese crear un punto de unión o un puente que salva nuestras distancias y establecer así un diálogo sin palabras. El resultado de este encuentro es otro objeto que aunque hace referencia a lo que lo inspiró es independiente de él, tiene su personalidad propia y me permite manipularlo hasta que ambos a través de otro nuevo diálogo decidimos que todo el proceso ha llegado a su fin.
Esta nueva obra tendrá la oportunidad de provocar también una emoción en ti como espectador que podrás interpretar o expresar de alguna manera, aunque tan sólo sea con un pensamiento. Así, sin apenas notarlo, el acto creativo innato en todos nosotros se va estimulando y expandiendo. En última instancia esto es lo que le da una razón de ser a mi pintura.”